Veamos el debate actual sobre le código penal y el aborto terapéutico desde la perspectiva del bioderecho. Un nuevo fenómeno va ocurriendo en que las ciencias de la vida, anteriormente relegadas al campo medico, biológico y ecológico, van requiriendo de un encuentro con el mundo jurídico para poder enfrentar situaciones nuevas y difíciles de abordar desde una sola esquina o una sola visión. Es el nacimiento del bioderecho que nace como fruto de los cuestionamientos que a las nuevas tecnologías hace el ámbito de lo legal y lo moral.
La bioética aporta la mitad de los insumos requeridos, la constitución, los códigos, las leyes aportan la otra mitad y como quiera queda una incertidumbre moral. De que estamos hablando y en que aporta esto a las realidades locales?
Mientras discutimos temas de alta tecnología como la reproducción asistida o la importancia de los testamentos vitales. Cuando hablamos de las técnicas para subsanar la infertilidad, la sociedad dominicana se debate sobre la validez o no del aborto terapéutico, desgarrándose las vestiduras y llevándolo a un terreno de decisiones, los a favor y los en contra, como si la vida se pudiera decidir por sorteo.
Hace unos meses conocí un caso que ocurrió en una joven amiga, embarazada con un feto no viable, todos los estudios certificaron el pronóstico, mas ella, situada en su mundo de valores, planteaba que podría ocurrir un milagro, que nunca atentaría contra la vida de un hijo, que asumía el reto y en efecto el niño nació como estaba previsto y murió a las pocas horas de nacer. El mundo de valores de las personas determina la forma en que actúa y no importa que haya o no leyes que le amparen, pues el que no va a interrumpir una embarazo por sus creencias es como el que lo hará aunque lo impidan las leyes. La libertad de conciencia tiene más poder que las normas o los consejos.
En este momento el código penal aprobado excluyo las enmiendas sobre el aborto terapéutico argumentado problemas procedimentales, pero en el fondo no pasara.
Insisto, ahora desde el bioderecho, la discusión no debe ser sobre el aborto sino sobre el inicio de la vida. En este país igual que en otros decidimos siguiendo la tradición de la animación inmediata que la vida inicia en el momento de la concepción. Las posiciones variaran de acuerdo al mundo de valores, pero sin duda el tema del alma solo es válida para los adeptos y aun entre ellos sobreviven las dos posiciones animación retardada o inmediata.
Lo grave a mi entender es que cualquiera de las posiciones axiológicas tengan rango constitucional y caiga como consecuencia en discutir sobre el aborto cuando el tema a discutir debe ser el inicio de la vida. El bioderecho tampoco podrá legislar con certeza, no, es una disciplina que se inserta en el mundo de la incertidumbre moral y que tendrá que responder desde lo que sea posible y probable desde el angulo de la prudencia, que respete el mundo de los valores y se basamente en lo que está demostrado.
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