Bioética

Antecedentes

Es de muy grato placer iniciar un evento de esta trascendencia poniendo en contexto a los participantes, cumpliendo las leyes naturales de que nada ocurre de manera espontanea y que, si hoy estamos presentes juntos abogados y bioeticistas de América y locales, es porque en el país se sembró una semilla hace 30 años que sigue germinando y hoy tiene un fruto especial.

Hace siete años, en el Congreso de la Federación Latinoamericana y del Caribe de Instituciones de Bioética (Felaibe) celebrado en Viñas del Mar el siempre recordado y ya fallecido Dr. Andrés Peralta y quien les habla, presentamos en conjunto una ponencia sobre la historia de la bioética en el país, de la cual me nutro para esta presentación.

Ocurrió que en 1988 la Oficina Panamericana de la Salud (OPS/OMS) trajo al país al Dr. Eduardo del Caño, de Argentina, para dictar unas conferencias relativas a la redacción de artículos científicos o algo así y aprovechando sus conocimientos y a una referencia que hizo en sus exposiciones donde menciono el término “bioética” a conversarnos al respecto y la simiente callo en terreno fértil.

A partir del interés de un grupo por lo atractivo y novedoso de una disciplina desconocida, se promovieron unas cuantas reuniones de carácter multidisciplinario, con una marcada presencia académica y la Asociación de médicos católicos del país. Esto ocurría en 1991 y ya en marzo 1992 se celebraba un taller denominado «Ética en Salud y Calidad de Vida».

Finalizando ese taller e incrementándose el interés se propone la formación de una “Comisión Nacional de ética en Salud» (CNES), con una directiva provisional de 20 miembros.

Siempre que hablo de la bioética dominicana acudo a la expresión de que manos providenciales operaron en dicho fenómeno, pues en treinta años transcurridos en que hemos entrado en contacto con la bioética mundial nadie supo mas del Dr. Del Caño, ni apareció nadie que lo conociera y además fuimos tan pretensiosos que llamamos Comisión a algo que era masivo, Nacional cuando apenas la capital y un par de provincias estaban presentes y de Bioética o ética en salud, cuando ni siquiera entendíamos en que nos estábamos metiendo. “no era ni comité, ni nacional ni de bioética” pero prendió en dominicana.

Quien les habla estuvo entre los fundadores y otros queridos amigos unos vivos y otros ya desaparecidos como lo fue el maestro Andrés Peralta, medico radio oncólogo de Santiago y pionero en estas lides.

Por su lado la Asociación de Médicos Católicos y dos universidades católicas se involucraron con actividades que concluyeron en la «Primera Jornada Nacional de Bioética» en marzo de 1992.

Organización.

Su carácter privado, no gubernamental permitió contar con el apoyo logístico y solidario de universidades, la Academia de Ciencias, ambientalistas, religiosos, gremio médico, entre otras, pero manteniendo su identidad y su independencia para hacer sus juicios éticos sobre las realidades de su competencia.

Los avances continuaron y en poco tiempo ya incluía un cambio en su nombre, ahora era la «Comisión Nacional de Bioética» (CNB). Empezaron a realizarse seminarios en distintas áreas del servicio público y del saber con el interés de ir sensibilizando sobre el tema y sus alcances, culminando en noviembre 1994 con el Primer Congreso Nacional e Internacional de bioética celebrado en el país.

El Dr. Peralta refiere en su ponencia en Felaibe: “En 1995 se redactaron los estatutos y en octubre de ese año celebró la Asamblea Constitutiva y se instaló una directiva de once miembros, incluyendo como asesor al Representante de la OPS/OMS en el país y el 24 de abril de 1997 la Comisión adquirió estatus legal mediante incorporación por Decreto del Poder Ejecutivo”.

Ya para ese entonces la CNB tenía más de 40 miembros, formo comités de bioética por disciplinas y estructuro contactos nacionales e internacionales con instituciones y personas de renombre en este mundo.

Relaciones interinstitucionales

A partir de junio 1993 inician las afiliaciones internacionales, la primera la Federación Latinoamericana y del Caribe de Instituciones de Bioética (FELAIBE). En noviembre de 1994 quedo incluida en el Directorio de Centros e Instituciones de Bioética del Programa Regional de Bioética de la OPS/OMS

En diciembre de 1995 La Comisión se integró junto a las experiencias regionales de bioética a la Confederación Caribeña de Bioética, compuesta por Puerto Rico, Cuba y dominicana, trazando planes de acción y compartiendo congresos como la que en 1997 se celebró en Puerto Rico para la elaboración de una “agenda bioética para el caribe”

El segundo congreso se realizó en la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña de la República Dominicana en noviembre 1997 con el tema de “Educación en Bioética”.

El tercer congreso caribeño fue organizado por la Federación Puertorriqueña de Bioética en el recinto de Mayagüez de la Universidad de Puerto Rico (UPR) y se dedicó al análisis de las “Cuestiones Éticas en la Investigación Biomédica”

Luego un cuarto congreso ocurre en la Universidad Interamericana de Puerto Rico en marzo 1999, con el tema “Humanización de la muerte, Reforma de salud y SIDA: Agendas inconclusas”.

El quinto congreso fue organizado en febrero 2000 por la Comisión Nacional de Bioética, en el Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC) con el tema “Bioética, Pobreza y Derechos Humanos”

Las relaciones con Unesco se oficializan en octubre de 1998, cuando la Comisión quedo incorporada en el Directorio Internacional de Organizaciones de Bioética de la UNESCO.

En julio de 1999 se suscribió la «Declaración de Panamá», respaldando la creación, por Van Rensselaer Potter, de la Federación Internacional de Bioética Global.

El encuentro con estas realidades pone en contacto a los bioeticistas nacionales con amigos del mundo y se inicia un contacto más formal con la disciplina.

Actividades formativas desarrolladas

Con el desarrollo y relaciones antes señaladas se inicia un proceso urgente de formación para los auspiciadores e interesados, ya que llevábamos el recorrido descrito sin una base sólida de fundamentación para sus miembros.

Con el apoyo del Programa Regional de Bioética de la OPS/OMS, se desarrolló un seminario en dominicana sobre “Fundamentación de la Bioética”, de 27 horas dictado por el Dr. Juan Carlos Tealdi, de Argentina.

Al iniciarse las actividades de la Comisión en 1992, no existía en el país un solo profesional con formación en bioética, así que en el año 1999 quien les habla obtuvo el título de Magíster en Bioética, en Chile, en el curso que auspiciaba el Programa Regional de Bioética de la OPS/OMS en la Universidad de Santiago de Chile conjuntamente con la Universidad Complutense de Madrid.

Otros miembros adquirieron títulos de Diplomado en Bioética de la Universidad Lateranense de Roma y de Especialización en Bioética en el Centro de Estudios Humanísticos y de Bioética de la Universidad de Puerto Rico.

Con esos esfuerzos y hasta el 2000 se habían organizado en el país, dos Congresos Nacionales e Internacionales de Bioética, la Confederación Caribeña de Bioética y un curso de Fundamentación de la Bioética. Muchas conferencias y participaciones internacionales en congresos.

Personalidades de la bioética de la época nos acompañaron como fueron el Dr. Tealdi de Argentina, la Dra. Elena Lugo de Puerto Rico, el Dr. Leónides Santos (fallecido) de Puerto Rico, Dr. José Acosta de Cuba, Dr. Fernando Lolas de Chile, etc.

  Consejo Nacional de Bioética en Salud

En enero 2000 por gestiones de la CNB fue creado por la Secretaria de Salud la Comisión     Nacional de Bioética en Salud (CONABIOS), actualmente Consejo Nacional de Bioética en Salud, organismo responsable de normatizar y regular las investigaciones en salud.

Organismo asesor del poder ejecutivo

Mediante Decreto no 751-03, de fecha 12 de agosto del 2003, el presidente de la República, invistió oficialmente la CNB con la calidad de organismo asesor del Poder Ejecutivo en asuntos de bioética, decreto que no ha sido derogado.

Formación académica

A partir del año 2000 podemos denominar para la bioética en la Republica Dominicana como una etapa de consolidación y desarrollo. Esto debido a que se profundizaron los niveles de formación académica en el área de muchos de los involucrados y estos a su vez han servido de multiplicadores en los distintos escenarios sociales.

Pasaremos a revisar dichas mediaciones y el impacto a nivel de la sociedad dominicana.

 

  1. COMPONENTE ACADEMICO

Con los antecedentes establecidos podemos señalar el nacimiento del componente académico de la bioética dominicana de manera formal con el magíster en bioética en República Dominicana 2000-2001 (INTEC), iniciando un referente de importancia en la sociedad dominicana. En 2001 la Comisión Ejecutiva de Reforma del Sistema de Salud (CERSS) en coordinación con la Secretaria de Estado de Salud Pública, solicita a la CNB y esta a su vez a la Universidad (INTEC) que ya tenía la experiencia del magíster, conformar 13 Comisiones de Ética Asistencial en igual número de hospitales.

Debemos señalar que en el contexto dominicano esto significó un nuevo reconocimiento oficial a la bioética hospitalaria y como tal a las instituciones y personas involucradas. Esta tarea se cumplió y aunque los resultados ya en manos del propio ministerio no prospero en su cantidad, calidad y seguimiento, aunque debemos señalar que si lo hizo en su incursión y promoción de una disciplina nueva en el ámbito de las estructuras de la salud.

 

  1. FORMACION DEL CENTRO INTEC DE BIOETICA (CENINBIO)

En el año 2000 el Consejo Académico del INTEC, Institución universitaria sede del magíster, acogió una solicitud del Área de Salud para conformar el Centro INTEC de Bioética (CENINBIO), una entidad llamada a ser el centro académico de la bioética y punto de difusión hacia el mundo universitario. Esta iniciativa concito la participación de varios profesionales vinculados al área de la bioética.

Su objetivo era servir de apoyo, consulta y referencia en el medio dominicano para la diseminación de la bioética.

Entre sus tareas inmediatas se le asignó:

  1. La coordinación del Magíster Internacional en Bioética con el Programa Regional OPS de Chile durante los años 2000-2001. Junto al equipo docente del Profesor Diego Gracia y del personal asignado por el Programa Regional de Bioética el INTEC delegó toda la responsabilidad de su representación en el CENINBIO.
  2. La capacitación de los Comités de Bioética Hospitalaria (2001). El Centro como tal asumió el diseño del programa y la ejecución del mismo entregando como producto la formación de 13 Comités de Bioética con un personal con un entrenamiento básico en bioética para igual número de hospitales.
  3. La inserción de la bioética como asignatura del pregrado. La carrera de medicina del INTEC tenía en su pensum la asignatura “Ética profesional” la cual de inmediato fue sustituida por bioética asumiendo modalidades que en el tiempo fue perfeccionada.
  4. Formación del Foro INTEC de Bioética. Esta era una plataforma académica de la asignatura recién creada en la carrera de medicina de dicha universidad. En el mismo los estudiantes exponían de manera pública el debate de un caso clínico con incertidumbres morales y dirigían un proceso de debate deliberativo.
  5. En estos momentos se implementó un Foro en videoconferencia con los estudiantes de la facultad de medicina de la Universidad de la Florida, propiciando el intercambio y la promoción de un modelo académico ya validado.
  6. Conferencias en el medio dominicano, así como participación en otros ambientes académicos. Se incursiona en Congresos de Sociedades médicas especializadas y en congresos como el de la Sociedad Dominicana de Obstetricia y Ginecología.
  7. Continuidad del programa de magíster como entidad propia del INTEC, en vigencia en este momento, desde sus inicios en 2002.

* Este programa de maestría se desarrolló de manera ininterrumpida desde el 2000 al 2017 dirigido por quien les habla y en este momento distintas universidades están iniciando algún tipo de programa u otras pretenden lanzar una especialización y/o maestría,

* La Universidad Católica del Nordeste también se ha empeñado no solo en capacitar a su personal sino además a introducir la asignatura en su currículo en varias carreras y en levantar el segundo Centro Universitario de Bioética, en sus inicios dirigido por una bioeticista egresada de la Maestría dominicana.

* El ámbito religioso católico por su parte ha ido también ocupando un lugar de importancia en este recorrido, muchos sacerdotes han incluido en su formación un diplomado en bioética y la incorporación de sacerdotes con estudios realizados en el país y en universidades extranjeras.

* Hospitales como el Materno infantil plaza de la salud cuenta con la más sólida experiencia de comités de bioética asistencial asesorado, durante 19 años y una valiosa experiencia en comité de bioética de la investigación, como también así los cuenta el Instituto Nacional del Cáncer (Incart) , el Hospital infantil Robert Read Cabral, CECANOT, entre otros.

* El resto de las universidades nacionales de alguna manera se han hecho representar en estos avances y por lo menos van incluyendo la asignatura en sus carreras de la salud, diplomados, talleres y quizás con más fuerza aun en determinados programas de postgrado en áreas como   Salud Pública, Nutrición, Medio ambiente, y Seguridad Social.

* El Colegio Médico Dominicano ha incluido en sus actividades formativas y en sus propuestas programáticas temas con incertidumbre moral que les hacen referirse a la búsqueda de la opinión experta.

Nuestros especialistas tienen el perfil de consultores, pudiendo dar asistencia a todas las modalidades de asesoría requeridos.

 

  1. VINCULACION CON UNESCO

La oficina sede de UNESCO en el país ha sido otro filón que ha prestigiado el espacio y reconocimiento de la bioética, formando en 2011 el Consejo Consultivo Dominicano de Bioética (CCDB) .Otras instancias internacionales de UNESCO, la Red bioética para Latinoamérica y el Caribe, así como iniciativas locales han incluido a personal nuestro con formación en el área para representar al país en sus estructuras, lo cual habla del reconocimiento social que ha ido adquiriendo esta disciplina

 

 CONCLUSIONES

 

Ubicarnos en la Republica Dominicana en el año 1988 y mirar al 2018 nos refleja un largo camino recorrido. Ha sido pasar del desconocimiento del término bioética a su colocación en un sitial preferencial. La sociedad como tal y sus mundos académicos, profesionales, sindicales, eran completamente ignorantes de la misma y de los aportes que ella encierra en cuanto se desarrolla.

De la realidad anterior de no existir, de no haber tenido el país referencia alguna sobre el tema, hasta adquirir acta de nacimiento y constancia de ello, hemos pasado por un largo camino donde todas las instancias públicas, privadas, clínicas, académicas, de investigación han sido salpicadas por este pensamiento y un logro a resaltar sin lugar a duda lo constituye el haber colocado el lenguaje propio de la ética y la bioética en la agenda nacional.

El país ha vivido momentos políticos trascendentes como es el caso de la elaboración de una nueva Constitución, en donde la bioética se vio llamada a exponerse en distintos medios, alzando su voz y su fundamentación en artículos contradictorios, como en el caso del artículo 37 que declara con rango constitucional que la vida inicia en el momento mismo de la concepción.

Si bien los poderes fácticos lograron imponer este máximo como un mínimo para todos, no es menos cierto que muchos escenarios sirvieron de amparo para el debate y para la exposición de otras ideas distintas a las impuestas y donde la bioética adquirió “pantalones largos” en su debut social en el mundo de las políticas públicas en la República Dominicana.

La Academia de Medicina y algunas universidades sirvieron de escenario para debates como el anteriormente señalado, abriendo nuevas puertas, sobre todo en el campo de la medicina y los médicos y hoy justamente hoy en la Escuela Nacional de la Judicatura con todos Uds. representantes del derecho y abanderados de la justicia.

Varias generaciones ya han marcado territorio y el relevo generacional se perfila en el horizonte cercano, lo cual nos llena de satisfacción. La propia Comisión Nacional de Bioética hoy se cuestiona sobre su papel y su vigencia y estudia sus posibilidades de extender su vida útil o de reconvertirse en otras propuestas de mayor actualidad en el medio dominicano y que a partir de hoy cuenta con todos ustedes.

Lo importante es entender que son muchos los logros obtenidos, mucho lo caminado, mucho lo que falta por andar, pero la realidad es que la bioética en dominicana llegó para quedarse.

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