Hemos defendido por largo tiempo el derecho a la privacidad y confidencialidad de los enfermos.
Hemos trabajado por la garantía de ese derecho en tiempos de paz.
Ahora pasan cosas que parecen anormales. Los casos de personas infectadas se saben por la prensa, con nombres y apellidos.
Se conoce del fallecimiento de un familiar por la televisión o las redes.
Un dato privado ahora se hace publico por que no son momentos de paz sino de tormenta.
El objetivo es el bien común y para ello todo es publico para preservar la salud y la vida del mayor numero posible.
Lo privado que involucra el bien común ahora es publico.
Es una falta etica que lo privado lo invada la publicidad, pero en épocas normales, no de excepción.
Ahora hacer publico lo publico y lo privado tiene que ser la norma si ello va a favorecer la vida.