La queja era la deshumanización de la medicina, de la atención.
Que el medico estaba cada vez mas alejado del paciente, miraba la pantalla y no al enfermo. No era cercano decían.
Ahora la regla es no verse de cerca, no tocarse, hablarse por teléfono.
El consultorio era un templo ahora puede ser un lugar de contaminación.
La humanización se hizo presente. Estaba ahí dormida.
El medico y el personal de salud pasaron a ser la representación del humanismo mismo.
Están jugándose la vida, arriesgándola por el otro.
Todos los actores, muchos jóvenes en formación, van tomando un experticia en medio de la tormenta.
Todos los actores desde el camillero hasta el mas especializado profesional.
Fogueo en lo clínico y en lo ético aunque no lo sepan.
Tienen que discernir y decidir, deliberar con ellos mismos.
Orientarse por el mejor beneficio del paciente, cuando en cada caso entra duda hasta en saber cual es el mejor beneficio del paciente
Cambiaron las reglas del juego.