En mi calidad de miembro consejero de la Red latinoamericana y del caribe de Bioética que auspicia la oficina de Unesco en Uruguay, participe hace unos años en la formación académica de los miembros de la comisión nacional de bioética de Ecuador, que estaba recién instalada.
Un poco cuesta arriba que estuviera allí y cuando me preguntaban de la experiencia dominicana debía decir que existe una comisión privada, pero no como la de ellos que tenía vocación estatal, amplia, amparada por el ministerio de salud y peor aún debía admitir ante sus preguntas que la existente esta amparada en un decreto que la proclama como asesora del poder ejecutivo en materia de bioética desde 2003, pero nunca la han llamado a opinar.
Hoy estamos presentando un avance, un grupo de entidades y personas expertas en el tema estamos siendo convocados para hacer una propuesta de un Consejo Nacional de Bioética donde se pueda hacer un servicio al país, al estado todo con expertos en el manejo bioético de situaciones complejas en el ámbito de la defensa de la vida.
No es médica, abarca salud, medio ambiente, educación, tecnología, políticas migratorias, catástrofes naturales, entre otras. Estamos frente a una propuesta que aún no está escrita, que deberá ser socializada en los distintos escenarios dominicanos y que sobre todo necesitará de padrinos para subsistir y cumplir sus funciones de asesor.
Sus expertos serán voluntarios que brindarán servicio gratuito al estado en su interés de defender la vida y defender al país. Es un inicio de algo que ya existe en muchos países y que con el numero de expertos dominicanos podemos hacer con altura.
Ya les informaremos los demás pasos.