Bioética

Para sensibilizarnos en bioética debemos iniciar por su definición y sus alcances. El camino ha sido largo, los antecedentes abundantes y quizás bastaría con mencionar nombres como Jahr, Potter, Hellegers y estaríamos mencionando a los forjadores del concepto básico, pero sin dudas es más complicado de ahí y sin dudas el referente obligado nace en Grecia con el ethos.

A mi entender los griegos con su ethos definido como forjador del temperamento, de las costumbres es la línea directa que nos conduce a una propuesta de gestión del bien pero su entorno es el legado histórico para poder comprender el desarrollo de la ética en todos los tiempos.

Estos tenían una propuesta para forjar el carácter pero lo definían en su contexto, en su época, por tanto era para hombres libres y en el campo de la medicina, para hombres, libres, jóvenes, y saludables, era una ética elitista si la ubicamos en ese mundo de realidades. Entonces el gran aporte es comprender que la ética es  una, única, pero es contextual, epocal y cultural.

Si hoy promoviéramos una ética elitista fuéramos satanizados pues todo lo comprendido en el día de hoy es su tendencia y aspiración de hacerla universal y eso en si ya nos habla de un contexto, una época y una cultura.

Fueron siglos de desarrollo en un pensamiento homogéneo, en una fundamentación teonoma que daba por sentado que al existir una forma común de pensamiento existía a la vez una única forma de valorar y de creer, por tanto la ética le correspondía.  Hubo de transcurrir siglos para que el pensamiento se hiciera plural, que saliéramos del monismo y que pasáramos a conocer otras formas de creer, que ocurrieran acontecimientos como la aparición de Lutero siglo 16, la revolución Francesa en el siglo 18, la declaración de los derechos del hombre y el ciudadano en el 18 y tres años después los de la mujer y la ciudadana,  entre otros, cambiaron el contexto y bajo el manto de la libertad, la igualdad y la fraternidad, surgiendo el principio de la tolerancia y el respeto a la pluralidad.

Ese contexto podría servir de antecedente a nuevas formas de abordar las realidades desde distintos ángulos, fortaleciendo el concepto de que la ética sirve para la defensa y gestión del bien común, pero con la atenuante de que lo que vario en esos ámbitos políticos fue el concepto del bien, ya no era un bien para los privilegiados elegidos de los dioses del mundo griego o los del despotismo ilustrado, sino las reivindicaciones de la mayoría.

Ese influjo de algo que ocurría en las calles, repercutía al interior de las cuatro paredes del hospital donde se reproducía la imposición del bien, aun en contra de la voluntad del paciente, que ha decir de Platón en la Republica así debía de ser pues los dioses habían formado a los hombres en dos grandes líneas, unos para mandar y otros para obedecer y entre los primeros sin duda estaban los médicos.

El Paternalismo.

Esa visión enmarcaba un modelo de relación medico paciente donde el primero obligado a hacer el bien lo imponía desde su elección divina para la tarea encomendada y los segundos para obedecer sin protestar, acogiendo el bien que se le dispensaría   y asumiendo que en dicha relación era el que no solo no sabía de nada sino que esto también ocurría por designios de los dioses.

El médico estaba llamado a tratar a sus pacientes como un padre bueno trata a sus hijos menores, haciendo el bien sin preguntar, sin admitir opiniones,  lo cual si ocurriera en niños  y niñas tuviera algún sentido pero aun a los mayores debían tratarlos como menores de edad. En ese contexto histórico esto era entendible, su problema es cuando siguió como norma y permanece en algunos rincones todavía.

Hubo de ocurrir los acontecimientos señalados para dar paso a otros modelos éticos que permitieran buscar salidas a las complejas realidades médicas planteadas.

Otros episodios histórico-médicos

En el devenir de la historia, en sus recodos más lastimosos como la de los campos de concentración nazis, el maltrato, hambre, trabajo forzado y los experimentos médicos más cruentos y dañinos que se pueda imaginar.

No solo en condiciones como las descritas ocurrieron fenómenos deplorables en nombre de la medicina y en ausencia de la ética médica, pues entre 1932 -1972 ocurría el denominado experimento Tuskegee, en Alabama, para conocer el desarrollo natural de la sífilis viendo enfermar y/o morir a los sujetos de investigación cuando ya existía tratamiento para ella o en el famoso caso de la escuela de Willowbrook entre 1950-70 en New York  en una escuela de niños con retraso mental observando  el desarrollo natural de la enfermedad sin recibir tratamiento y evaluando la inmunidad pasiva que resultaría de la inyección de gammaglobulina como tratamiento para ello. Ningún tipo de limitación.o de fundamento  ético regia este  tipo deinvestigaciones con un alto sesgo dirigido hacia poblaciones vulnerables como sujetos de investigación.

Una época artesanal e intencionada de la medicina pasada y reciente,   una ausencia de interés en buscar el mejor beneficio del paciente y mayor interés en generar el  conocimiento a cualquier precio, dieron pie al rescate de Kant, de tratar a las personas como fines y no como medios, de una ética de la vida como planteo Fritz jahr, V.R, Potter y A. Helleger y que dieron pie para el nacimiento de una ética de la vida que hoy conocemos como bioética, una serie de nuevos pensadores que han puesto su granito de arena, como Jonas, Habermas, Cortina, Conill, Gracia, por solo citar algunos, han aportado un instrumental de fundamentación que ha permitido comprender el fenómeno de la salud y la enfermedad, la llamada relación medico paciente, desde otras perspectivas.

Para sensibilizarnos ante el tema hace falta conocer un poco de esta historia para poder reconocer el momento histórico en que pasamos de la ética de las decisiones, donde el bien estaba siempre en manos del médico y no del paciente, donde el primero había sido justificado o por los dioses  o por las sociedades, donde la ética del deber convirtió el papel del médico en religión y sus fundamentos en norma, hasta llegar a una propuesta de una ética de la responsabilidad aplicada  al campo de la salud.

Pasamos del deber a la justicia y a la responsabilidad. De la ética de las decisiones a las de las deliberaciones, donde la toma de decisión pasa por filtros morales como es el consentimiento informado. Un proceso donde cambia radicalmente la relación medico paciente y este ultimo pasa de ser un agente decisor a ser un ente colaborativo que aporta sus conocimientos y sugerencias, permite su paso por el cristal de la moral para que al final sea el paciente y/o sus familiares quienes asuman la decisión final.

Es un cuadro complejo, implica reflexionar sobre la propiedad del cuerpo, quien es el dueño del cuerpo, quien debe decidir.

En otros artículos pasaremos a ver como se define el consentimiento informado, como se aplica y donde se aplica, analizando los escenarios naturales que lo conforman los comités de bioética asistencial, de la investigación y los consultores de bioética clínica.

(les invito a revisar los articulos aqui publicados sobre : Funcion de los comites de bioetica, los comites de bioetica asistencial y comites  de bioetica de la investigacion en seres humanos)


Foto por Biblioteca General Antonio Machado / Attribution License

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