Ética Pública

Porque sera que decimos que la etica nada contra corriente y la primera pregunta que  sale a flote es que si la ética está en crisis? La primera respuesta que se me ocurre es que no. En crisis está la sociedad, la ética es un referente con el que deben de contrastarse las realidades y el camino ético es aproximar, ajustar la realidad al planteo ideal de la ética, que sin darle muchas vueltas filosóficas debe ser “la búsqueda del bien común”

Dos palabras claves, el Bien que es la construcción de lo bueno, para el colectivo, que es el común. Es lo bueno para la colectividad y el Estado es el garante del Bien Común.

Los problemas aparecen cuando se inician los procesos de  operativización sobre qué es lo bueno y cómo llevarlo hasta todos, sobre todo partiendo de la realidad de que todas las planificaciones, planes de gobierno, campañas electorales, ideas del bien,   pregonan en el papel lo ideal pero en la realidad pocas veces ocurre. Algunos hablan de “la ética de la conveniencia”, otros de la ética de lo posible.

Cuando a la hora de la aplicación se contrasta la cruda realidad de que somos un país pobre, de que los recursos no coinciden con la letra, que el bien común es un objetivo inalcanzable se plantea una justicia distributiva, un utilitarismo ortodoxo de buscar el mejor bien para la mayoría, pero ante la dificultad de lograr esos objetivos,  los “repartidores” empiezan por garantizarse   “su bien privado” y luego el público, naciendo así la corrupción.

Muchos “repartidores” o más bien administradores de la cosa pública hasta procrean normativas legales para adjudicarse beneficios de por vida, de por muerte, pues algunos extienden sus beneficios a terceros después de su muerte, como en el caso de pensiones. Son medidas legales pero inmorales, es aquí donde la moral se aleja de lo legal, es lo que a los otros nos hace “andar bajos de moral” como diría Adela Cortina. Algo que debía ser el espíritu de la ley se convierte en el infierno de esta. Esto es lo conocido como corrupción, “la perversión de lo bueno”.

La idea original era buena, pero se pervierte en el camino, se daña, se corrompe.

En estos casos lo pervertido no está en la norma sino en los normadores, que  tienen la habilidad técnica de hacer legal lo inmoral. La ley no es inmoral sino quienes las diseñan para beneficio propio.

A casos como los señalados se le añaden otros que también atormentan a la sociedad como los feminicidios entonces surge la pregunta si el gobierno no haría nada contra ellos (feminicidios o femicidios), se le culpa al gobierno, o sobre los asaltos a mano armada y se les compara con los otros asaltos a ley armada, hechos de la corrupción y mi respuesta común es que “la ética nada contra corriente”.

No anda defendiendo ni justificando lo injustificable. La ética es un referente, pero las éticas aplicadas son un referente con propuestas. Sirven para negar lo que existe, condenar el feminicidio, el atraco, los corruptos, los “hace leyes” para ellos mismos etc.

Habermas propone el dialogo, Gracia las alianzas deliberativas, Adela Cortina las éticas de máximos y mínimos pero yo creo que debemos probar con Jonas. Hans Jonas y su heurística del temor. Hay una anomia, una falta de credibilidad en las leyes serias  y en su cumplimiento porque hay impunidad.

Se ha perdido el temor a todo, porque todo se corrompió. Existe una anomia, una degradación de las normas y un irrespeto y falta de credibilidad hacia ellas. Ante la corrupción impunidad, perversión de las normas, falta de fe en la justicia y como no pasa nada hay sicariato, feminicidio, etc.

Para muchos “francotiradores” fanatizados es más fácil que intentar hacer  propuestas y medidas limitadas de acción, el escribir párrafos urticantes que no permiten ser respondidos. Es más fácil ser cínicos que dialogantes, por  eso Habermas aquí no nos sirve, ser intolerantes de verdades talla única, por eso Diego Gracia y su propuesta de deliberación con los intolerantes aquí  no nos sirve,

Para estos próceres del papel la crítica irracional no admite los intentos de la “ética de lo posible”

A los jóvenes, a los que creen en un mañana mejor y en un hoy medianamente exigible, que ni se desencanten ni pierdan su beligerancia, pero tampoco se dejen usar de quienes hacen o hicieron lo mismo en su turno al bate.

No llegaremos a un estado utópico de construcciones totales, siempre faltara, siempre habrá que exigir, demandar, no llegaremos al estado ético optimo, siempre nadamos contracorriente, es el papel de la ética. “si el otro no existiera, la ética no hiciera falta”

 

 


Foto por Prefeitura de Olinda / Attribution License

1 comentario

  1. Y por supuesto, con ciudadanos y ciudadanas en su mayoría pobres y analfabetas, la doble moral, la ética de la conveniencia, la acomodación del traje a la medida, siempre estarán presentes. La pobreza material, e incluso de espíritu, ha sido la base sobre la que se ha levantado una cultura política patrimonialista, clientelista y oportunista. Hace falta un movimiento ciudadano que presione por el desarrollo de una contracultura política que se sustente en el servicio a los demás, prioritamente, los más débiles y pobres. No que viva de ellos, sino a su servicio.
    Hace falta un proyecto societal que tenga como principio fundamental la equidad, la igualdad y el control de las riquezas. Un movimiento ciudadano de hombres y mujeres de probada vida ética y honesta.

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