No es cuestión de pensar solo el futuro, es momento de acompañar al mundo adolescente, el hoy y el ahora es tan importante y no pensar que el papel es solo pensar en su futuro. De su hoy depende su mañana.
La vida es un continuum, una línea que a veces da saltos, nos trae sorpresas, a veces nos conduce por donde queremos pero de repente nos presenta cambios que no estaban el programa. Es continuum porque independientemente de los cambios, seguimos avanzando en edad, crecemos, alcanzamos la luna con las manos y al otro dia al despertar vemos que hemos envejecido y que lo que no planificamos y trabajamos ya no hay tiempo para recuperarlo.
Mas que justificado esta el poder educar a nuestra juventud en proyectar sus sueños y organizar sus realidades. A eso llamamos un proyecto de vida. A reconocer que lo que tenemos en las manos al ser jóvenes es solo la cuota inicial de la cuenta que vamos a manejar por el resto de la vida.
Se debe pensar y buscar ayuda y apoyo de los de más experiencia, de los pares o amigos de la propia generación, de los padres y maestros para buscar la orientación respecto a cómo clarificar que queremos ser y hasta donde queremos llegar. La no linealidad de la vida puede cambiar los planes, pero no a todos ni todas las veces. Es mejor enderezar las líneas que se tuercen que vivir entre líneas torcidas.
Siempre me llamo la atención una lectura que habla de cómo los antiguos griegos pensaban que solo se era ético durante la juventud, pero pasa pronto. Aristóteles en un texto que escribía sobre la juventud afirmaba “La juventud es fácil de decepcionar porque es pronta para esperar”, allí expresaba la volatilidad de esa edad, ideales nobles, exigentes con los cumplimientos pero de fácil decepcionar si no se le cumple rápido.
Es axial y ello justifica que aprendan a proyectar el futuro y a cultivar la templanza, la prudencia y la sabiduría. allí reside la idea de hacer un plan de largo plazo, sin dejar que las líneas torcidas produzcan más desesperanza que las de ese momento, para con un plano hecho seguir caminando. Eso un proyecto de vida es un plano del camino como el que hacen los scout cuando acampan y reconocen el terreno.
Es proyectar que si quiero estudiar informática o ser abogado o administradora de empresas, en la medida en que voy estudiando hacia ese objetivo puedo ir descubriendo que mas me gusta la medicina o la música o un oficio y que el tener la proyección hecha me permita ir haciendo los cambios sin dejar que la decepción se convierta en norma sino en parte del camino.
Los proyectos de vida deben ser tan flexibles que se doblen con el viento pero no se partan. Debe contar con un aliado que es la edad. En tanto camina con las guías del mapa de vida se va entrando en edad y acumulando experiencias. La experiencia no es una condición de la vejez es la acumulación del día a día que lógicamente el que tenga mas edad habrá caminado mas
La vida afectiva, el mundo de las emociones, lo afectos, la sexualidad, los estudios, lo económico, la espiritualidad son las piezas de la maleta con que caminamos y hacemos huellas en el camino que nos traza el mapa.
Los jóvenes tienen que saber que hace falta tener ese plan maestro, los padres lo sabemos pero debemos asumir la responsabilidad de siendo prudentes, sin imponerlo ayudar a que cada hijo diseñe su plan y vuele con alas propias. Los maestros y la escuela tienen que ser orientadores. Ya el conocimiento esta en Internet, todos vamos sabiendo buscar lo que queremos ahora la diferencia esta en el millaje que cada uno tiene y los que van mas lejos pueden señalar donde están los hoyos del camino y el que viene detrás decidirá si los pisa o los evade
Es una responsabilidad compartida para que luego ninguno nos arrepintamos de no haber hecho lo que nos corresponde en el diseño de los planos. La adolescencia es una etapa normal, no lineal, con altas y bajas para poder ir perfilando la personalidad del futuro.
Toca a los adultos conocer esta proyección, conocer las respuestas esperadas para poder ser educadores de esa nueva generación, y acompañantes del momento actual en el contexto actual
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Sin desperdicios. me ha gustado muchísimo este articulo, sobre todo cuando plantea que «Los proyectos de vida deben ser tan flexibles que se doblen con el viento pero no se partan», hay tanta razón en esa frase. A veces uno entra en pánico cuando los planes no sales como fueron proyectados, pues la vida es muy cambiante, sin embargo, nunca debemos abandonar nuestros proyectos.