En nuestra nota No 12 presentada a finales de marzo decíamos que en tiempos de excepción se vulnera la privacidad
Lo hacíamos en virtud del drama que afloraba con pacientes solos en hospitales, sin su familia acompañándolos o fallecidos sin ubicar, hacia falta dar esos datos.
En estos días ha habido un pequeño debate solicitándole al ministro de salud, en la rueda de prensa diaria, que señalara nombres de algunos afectados
El funcionario advertía que no lo haría porque le correspondía velar por la privacidad de los afectados.
Tiene razón, la emergencia hace obligatoria la notificación a las autoridades para que asuman las medidas de lugar con los afectados y con los mas cercanos.
La tarea es cuidar, exponer la lista de afectados lleva a estigmatizacion, a segregar cuando lo que corresponde es proteger al mayor numero de personas.
Es fundamental contar con la anuencia de los afectados para comunicar su situación. De lo contrario lo que se necesita en el nivel oficial es el dato estadístico, los datos personales de los afectados para el manejo clínico y epidemiológico,pero no para su publicación que solo mueve el morbo en algunos sectores.
Hay que pensar en el paciente integral, no en la patología particular de un individuo. Hay que preservar su integridad.
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