Bioética

 

Foto por olgaberrios / Attribution License

De nuevo el tema de la despenalizacion del aborto terapéutico en la república dominicana. La nueva observación del poder ejecutivo al código penal, en lo relativo a la despenalización del aborto terapéutico tiene múltiples aristas que ya han salido a relucir. Dentro de una misma razón se disputan razones internas.

Dentro de lo legal, por ejemplo, se debate la incompatibilidad del código con el artículo 37 de la constitución que define en términos legales cuando comienza la vida. Un gran absurdo, pues con argumentos religiosos se dio origen a una premisa que solo tiene valor para los seguidores de la línea expositora.

Dentro de los grupos que defienden dicha observación hay quienes aducen justificación basados en la libertad de las mujeres a decidir sobre su cuerpo, mientras otros dirán que ello es cierto pero que están decidiendo sobre la vida de otro cuerpo que va dentro de ellas.

Nadie puede negarles a las religiones que hagan una ardorosa defensa de la vida y que levanten las banderas de la fe reconociendo el valor de la vida como un absoluto indiscutible. Mi amigo y colega bioeticista Cristian Peralta, jesuita, tiene un interesante artículo en el periódico digital acento (http://acento.com.do/2014/opinion/8206471-algunas-reflexiones-para-antes-y-despues-de-discutir-sobre-el-aborto/ con abundantes argumentos interesantes para ser discutidos y con suficiente material para oír otras propuestas dentro de las planteadas por el mundo católico.

Una vez, mientras daba un curso de en El Salvador, aprendí en vivo una lección sobre el tema: un enfermero planteaba la catástrofe que significa que una mujer tenga en su vientre un feto anencefálico y que la ley le obligue a tener que esperar los nueve meses para obtener un producto que morirá a los pocos minutos de nacer. Al final de su disertación, en el extremo opuesto de la sala, me pidió la palabra una enfermera, mujer, que dio como testimonio haber sabido de que en su vientre llevaba un feto anencefálico e independiente de los mandatos legales, decidió tenerlo, cargarlo, abrazarlo y esperar que el paro respiratorio esperado llegara para entregarlo en un gesto de amor.

Que aprendí , que la despenalización es un acto de reconocimiento a la libertad de conciencia, las objeciones al código no obligan a hacerlo, sino que respeta las decisiones. Obvio que en las situaciones entre el riesgo a la salud y la vida la última tiene el mayor valor, pero la aceptación del código no obligaría a mi apreciada enfermera a cambiar su posición.

Claro que debo debatir con mi amigo Cristian el tema del inicio de la vida la afirmación de que “la biología contemporánea reconoce que hay vida humana en el embrión, desde la fecundación” lo que está en debate es el concepto de que es vida humana, que es ser persona y sus definiciones viven fuera del campo de la biología. Es complicado.

Acercarnos a ese debate, al inicio de la vida, a cuando se es persona hay grandes diferencias aun dentro de los propios grupos de pensamiento común. Para mi sin dudas ese es el camino del debate, pero conduce inexorablemente a la libertad de conciencia que necesita de límites legales para no extralimitarse. Me queda claro que las mejores y más cómodas salidas están en el ámbito religioso porque están construidas sobre bases teológicas y religiosas pero que  en un mundo plural solo responden a sus ortodoxos adeptos. El tema no es discutir la animación retardada o la inmediata sino como conciliar con quienes no creen en estos argumentos y creencias.

El tema no es fácil y comparto la idea de debatirlo en los escenarios donde se puede conversar sin imposiciones sino con posiciones, con respeto para poder orientar al mundo político y médico que por lo general no manejan estas consideraciones extra políticas y extra biológicas

 

 


Foto por olgaberrios / Attribution License

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