BioéticaÉtica Pública

Cuando se impuso la vacuna del VPH yo fui el primero en protestar porque no informaron lo suficiente para que los padres de estos adolescentes tomaran su decisión desde su autonomía,para racionalmente asumir si querian o no que los vacunaran.

Es obvio que era una salida preventiva para evitar enfermedades terribles que por una simple vacuna pudiera librarse del riesgo, pero el principio de autonomía debía de imponerse, sobre todo porque no estábamos ante una situación de emergencia nacional, de epidemia, para sustituir las autonomías particulares por la gestión del bien común.

En este caso nos encontramos ahora. Ante la posibilidad real de que un huracán nos toque o cuando estamos frente a la inminencia de que lo haría, el estado asume el rol ético de ser gestor del bien común, garante de este, por tanto y en nombre del bien general impone las medidas de salvamento. Por eso se hace la movilización de las personas que viven en lugares vulnerables cuyas vidas corren peligro.

Se les moviliza con la ayuda de los grupos de protección que les invita a salir, que ofrece transporte o no, que busca lugares más seguros que los propios, es una ayuda, pero ahora es obligatoria, van con guardias y policías y está bien. La ética de la responsabilidad obliga a las autoridades a actuar en función de prevenir consecuencias catastróficas.

Vimos en la televisión durante el huracán Irma como en Miami algunas familias decidieron no ir a los refugios y quedarse en sus edificios y su decisión fue respetada por las autoridades.

Es que eran lugares seguros, entonces ahí también funciono la autonomía porque el bien estaba garantizado, de manera que si no lo hubiera estado serian obligados a trasladarse. La imposición no es a obedecer la orden del gobierno es la de cumplir con la garantía del resguardo de la salud, la integridad y la vida.

El fundamento ético del estado se remite al cuidado. Participa como una ética de mínimos donde en base al principio de justicia corresponde tomar partido por los más vulnerables, por los que tienen en riesgo su vida. Ahora el problema es mayor para el gobierno porque tiene que dar protección a los vulnerables, pero a todos los vulnerables. A parte de las condiciones iniciales de pobreza de estos sectores, ya las aguas anteriores los han hecho más débiles, son más los vulnerables.

Unos de esos grupos se quejan de que a ellos no los han protegido, no los han sacado a refugios y ahí entra otro conflicto ético de justicia, de no contar con los medios para dar a todos según su necesidad y en base a la justicia distributiva abren sesgos de atención privilegiada a los más expuestos.

En una entrevista a una niña que vive al lado del rio Ozama decía con ingenuidad, al gobierno que nos saque de aquí, del rio, de la basura, que nos de una casa nueva, a mí me gustan con piscina.

Los que quieren que los trasladen, los que no quieren trasladarse, la imposibilidad de responder a todos, es el tema de la ética del estado, mínimos de justicia que obligan no invitan.

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